miércoles, septiembre 16, 2009

MISERICORDIA




Tus palabras hacen eco en mi interior
me estremecen
En mi espíritu reconozco tu voz hablándome.
Miro al mundo que gime aunque trate de reir.

 

Misericordia quieres no sacrificio inútil
más busqueda de Ti
intimidad en tu presencia
y no carteles con el rótulo religiosidad que cree ser devoción.
Misericordia quieres...
No puede mi mente apartarse de la evocación de los rostros fugitivos
de los niños en las poblaciones
compartiendo su comida con ratones
allá en las frágiles viviendas cuidadas por perros hambrientos.

Y recuerdo tus palabras que se clavan en mi pecho
como un puñal que se entierra hasta lo más profundo
para abrir con él mi duro corazón
y llenarlo de tu amor
de tu vida y tu misericordia
para que fluya por todo el gran mundo.

Misericordia quieres...
Misericordia en los hospitales donde la soledad atormenta a los enfermos
donde la muerte arrebata el aliento y seca los cuerpos
Misericordia quieres...
Misericordia en las cárceles llenas de necesidad donde se respira frustración y angustia
Las celdas empapadas de arrepentimiento y sed de justicia
hambre del amor de nuestro Señor.
Misericordia quieres...

Misericordia
aceptación para el que nació distinto
con un cuerpo que ha sido su estigma
sólo por la dureza de esta sociedad.

Misericordia para aquél que no puede escuchar el canto de los pájaros
y deleitarse en él
para aquél que puede sentirte cerca
pero no ve tu sonrisa
y siente el calor radiante del sol
pero siempre es de noche para él.
Misericordia quieres...


(Fragmento, inspirado en Oseas 6:6)

GLORIA MUNIZAGA

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